Entendí las referencias
- mariaferleongalarza
- 23 feb 2019
- 3 Min. de lectura
Al igual que en la ocasión anterior, se nos indicó que debíamos realizar un resumen escrito y un esquema gráfico de la lectura del texto "Contribuciones para una antropología del diseño", escrito por Fernando Martín Juez. Nuevamente le dedique bastante tiempo a la lectura, ya que, había de releer una o dos veces algunas frases que no comprendía en la primera ocasión.
No obstante, me pareció increíble la forma en la que esta vez entendí el texto (no hubo tanta confusión y sufrimiento como la primera); sino que, al iniciar con la realización del esquema gráfico antes del resumen escrito, mis ideas se organización de una forma más rápida y clara, se filtraron las redundancias y uno que otro vació conceptual.
En realidad, podría incluso decir que apropié el texto, vi claras incluso las premisas recargadas de lenguaje técnico y potencié la recordación del hilo conductor de la lectura (aún cuando tarde varios días en leerlo), al momento de la síntesis "lo importante" seguía allí en mi mente, conocía mi inicio y mi desenlace.
Para mí, este fue un proceso de aprendizaje sumamente enriquecedor que me motiva a sintetizar todas mis ideas de esta manera. Sin más que decir, dejó el resultado de mi experiencia con esta nueva técnica.

Los vínculos que conforman la vida
María Fernanda León Galarza
A lo largo de los capítulos leídos de “Contribuciones para una antropología del diseño”, del profesor Fernando Martín Juez; se presencia se gran habilidad de análisis e investigación sobre la relación sujeto-objeto, y el impacto que la misma causa en el desarrollo del ser humano.
En el estudio realizado, Martín Juez analiza los aspectos metafóricos (influenciados por la raza, la lengua y la cultura) y los arquetipos (referencias históricas del objeto), términos altamente determinantes, los cuales son estáticos y evolucionan sin modificar sus vestigios de nacimiento. De esta premisa se puede concluir, que es la comunidad quien transforma, modifica y resigna la visión del objeto, dándole una utilidad.
Esto provoca que la colectividad imponga una coherencia del todo que promueve un paradigma universal y segrega a los atípicos. Allí, es donde intervienen los verosímiles quienes permiten actuar con certeza contextual (temporal y espacialmente); lo cotidiano se convierte en su representación y el uso de objetos una necesidad “básica” indispensable.
Por ello, los objetos se ven modificados según el entendimiento del usuario, se crean vínculos con el objeto; se le otorga un alma basándonos en el pensamiento tácito y este pasa a ser una prótesis que potencian nuestras capacidades y subsanan nuestras carencias. Incluso llegan a convertirse en espacios de transformación identitaria, lugar, en el cual cambiamos nuestra personalidad para encajar contextualmente (aquí influyen el idealismo, el dogmatismo y la racionalización).
Aparecen las diferencias en el uso de objetos iguales, con utilidad idéntica, pero en contextos distintos, por ejemplo, aparecen los muros para ladrones o para animales, los baños para familiares o para conocidos adinerados, los comedores para extraños con quienes se quiere emparentar y los comedores para los vecinos o familiares con quienes se comparte tradición.
Por último, es importante destacar que la clasificación o agrupación de los objetos es algo imposible, y, por lo tanto, Fernando Martín procura especificarlos un poco, partiendo de sus características de espacio cualificado y haciendo uso de sus límites; determinando sus áreas de pautas principales y secundarias. El innovador trabaja sobre las primarias y el diseñador o artista sobre las secundarias; dejando demarcada la importancia de cada parte de dicho objeto y su utilidad en el desarrollo de la humanidad.
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