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Multitudinaria visión de los cotidiano

  • Foto del escritor: mariaferleongalarza
    mariaferleongalarza
  • 16 feb 2019
  • 3 Min. de lectura

Una de mis actividades a realizar para esta semana, era leer las primeras 50 páginas del libro "Contribuciones para una antropología del diseño" del profesor Fernando Martín Juez, y realizar un resumen de una página sobre lo entendido.


Leí, pensé y termine en una gran discusión interna en donde lo que había entendido seguía siendo demasiado extenso para los límites del escrito.


No lo puedo negar, fue difícil leerlo; supongo, mi comprensión aún no llega a unos niveles lo suficientemente altos como para digerir la filosofía o las investigaciones antropológicas en todo su esplendor teórico, pero, disfrute la lectura porque aunque me forzara a releer varias veces la misma frase hasta entenderla, abrió un poco más mi visión de la antropología como tal y me dio explicación a muchos fenómenos sociales que aunque me parecían interesantes, jamás hubiera sido capaz de analizar correctamente.


Luego vino la escritura, como explique fue difícil, porque si no podía entender bien la lectura, mucho menos podía sintetizar todo ello en pocas palabras; tenía dos opciones pasar por alto las instrucciones dadas o buscar las partes que consideraba esenciales de lo entendido, hacer uso de las palabras del profesor Martín Juez y emular (parafraseando) lo expuesto en el texto. Escogí la segunda opción, la cual presento al final de esta entrega.


Multitudinaria visión de lo cotidiano


María Fernanda León Galarza


La intención del texto “Contribuciones para una antropología del diseño” del profesor Fernando Martín, queda completamente clara desde su prólogo en donde especifica que cualquier diseño es un objeto para pensar y para usar, pero, esta utilidad o interpretación dependen ampliamente de la visión de cada individuo y el contexto donde el mismo desarrolla su vida cotidiana.


Partiendo de esa problemática (la variabilidad de significados), Martín Juez nos introduce en una explicación enriquecedora de los aspectos que causan estas determinaciones conceptuales; por medio de un relato (lo cual facilita un poco más la comprensión de una temática tan compleja), explica la importancia de la designación del diseñador o creador de los objetos para las personas; se destacan los términos profesional y no profesional, ya que, el diseño después de todo es un proceso que busca solucionar una problemática. Todos los seres humanos tenemos la capacidad de reproducir una “solución”, con la técnica y materiales de los que disponemos para eliminar o cambiar algo que nos molesta, pero, solo un profesional tiene la capacidad de identificar una problemática, las variables físicas y tecnológicas que lo producen y le pueden dar feliz término , además, de tener en cuenta las variables contextuales de la cultura, las condiciones ambientales y la estructura social del entorno, entregando a la postre una verdadera respuesta y no solo un paliativo que elimine la molestia a futuro.


Luego volvemos a entrar al terreno de la designación, pero, en esta ocasión el protagonista es el objeto; aquí surge un mayor acercamiento a la relación sujeto-objeto, ya que, aparece el juzgamiento (influido por un pensamiento colectivo), que se refleja en el nombramiento del objeto; por ejemplo, palabras como “cosa”, “harapos”, “trapos”, “chingadera”, etc. Para restarles importancia o desvalorizarlos; y “utensilio”, “instrumento”, “mecanismo”, “enseres”, etc. Como un modo de otorgar alcurnia, o más vulgarmente decir que sirve. No es posible expresar toda la riqueza situacional de los objetos en una clasificación debido a su complejidad, pero, como hemos hecho de ellos una parte de nuestro desarrollo como ser e identidad tenemos que nombrarlos.

Por último, se destacan las variables más determinantes de la relación sujeto-objeto; las habilidades y destrezas motivan el deseo o necesidad que promueven la creación de nuevos diseños para solventarlos, pero, la sociedad y sus múltiples cambios, paradigmas y construcciones han modificado y personalizado cada una de estas variables. El diseño, se convierte entonces en un producto cultural, situacional y relativo afectado por la tecnología y la economía, quienes han interpuesto “necesidades” idealizadas como indispensables y movimientos contradictorios de justificación a las mismas, como, la riqueza y la pobreza.


Dicho escenario, ha dejado a la antropología del diseño con una misión clara; el comprender y analizar las habilidades y destrezas sociales, develando sus mecanismos de construcción y las consecuencias de su práctica.

 
 
 

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